Beneficios de las bicicletas fijas y el ciclismo indoor

Cada vez son más las personas que buscan la bicicleta estática como una manera de practicar ciclismo de interior. Esta actividad es recomendada por especialistas pues brinda múltiples beneficios para la salud física, mental y emocional.

Durante el año 2020, el cuidado para evitar el contagio del COVID 19, generó un aumento en el uso de la bicicleta, tanto de pelotón como para el hogar.

El ciclismo es una de las propuestas de cardio ideales que se pueden realizar y es mejor aún si se hace a largo plazo. Un dato interesante es que, dado que su práctica no soporta peso, reduce el riesgo de lesiones por el deterioro de las articulaciones.

Inicio en el ciclismo

Es importante conocer qué puede suceder cuando una persona sube a la bicicleta por primera vez, para que la experiencia sea eficaz, divertida y agradable.

La bicicleta estática puede sorprender al inexperto porque posee pedales automáticos y múltiples configuraciones.

En este aspecto, hay que vigilar que la altura del asiento esté a la altura del hueso de la cadera. Para comprobarlo, hay que pararse al lado de la bicicleta.

Otro cuidado es que el manillar quede a la altura del asiento o un poco más alto. 

Muchos creen que lo mejor del ciclismo es practicarlo exhaustiva e intensamente. Sin embargo, hay que aprender a observar la reacción del cuerpo a la actividad. Lo aconsejable es centrarse primero en la frecuencia -por ejemplo, tres veces a la semana, durante media hora, de forma constante durante un mes o mes y medio-.

Una de las ventajas que da practicar ciclismo de forma sistemática es la quema de más calorías, variando la composición corporal y comenzando a reemplazar la grasa por músculo.

Otro beneficio de esta actividad es la reducción de los factores de riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes tipo II, dado que efectuar con constancia la rutina de ciclismo, ayuda a reducir el colesterol malo -que aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca- y acrecienta el colesterol HDL.  También mejora la tolerancia a la glucosa minimizando potencialmente las probabilidades de desarrollar diabetes tipo II.

Favorece la mejora de la postura corporal si la bicicleta está adecuadamente ajustada desde el manillar hasta los pedales. Para ello es fundamentar ajustar correctamente la posición de la misma.

Un mes de practica de ciclismo

Al transcurrir treinta días de la actividad ciclística sostenida, el cuerpo se adapta a la bicicleta y es factible y beneficioso acrecentar el esfuerzo. En este aspecto, lo sugerido es aumentar un diez por ciento cada dos semanas, pues la resistencia habrá mejorado.

Entonces, es tiempo de sostener la frecuencia y centrarse en la duración. Una manera es alargar las sesiones de ciclismo iniciales -que eran de treinta minutos- a cuarenta y cinco minutos y una hora.

Dado que el ciclismo es un entrenamiento de resistencia, incluye el uso de músculos de contracción lenta -conocidos como fibras- que se caracterizan por la resistencia a la fatiga y efectúan movimientos sostenidos más pequeños. Por lo tanto, no se incrementa mucho la masa muscular, sino que se desarrollan músculos delgados y tonificados en los cuádriceps y los glúteos.

Además, es la etapa de iniciar un entrenamiento cruzado, promoviéndose una mejor protección contra lesiones. Con el entrenamiento cruzado se refuerzan los abductores -son los músculos ubicados a lo largo del lado lateral del muslo- y aductores -es el grupo de músculos ubicado desde el hueso púbico hasta el fémur en la parte interna de las piernas-.  

Suele suceder que se produce una meseta en el progreso. Sin embargo, es una buena señal porque significa que el cuerpo es más eficiente. A las seis semanas de practicar ciclismo se produce una “base” en el entrenamiento. Así, esta eficiencia corporal genera más energía con menos latidos por minuto, posibilitando el trabajo con frecuencia cardíaca máxima y esfuerzo máximo.

Practica de ciclismo a largo plazo

Después de varios meses de practicar ciclismo con constancia, es importante observarse interiormente, mirar los cambios físicos y mentales que se han producido. Aceptando estas modificaciones que con seguridad serán de un impacto positivo en la salud integral. 

Hay que recordar que no es un deber practicar ciclismo todos los días, sino que lo importante es sostener el impulso, dado que permite lograr los objetivos. Una sugerencia es participar de desafíos virtuales o de la vida real para mantener ese impulso. Un desafío realizable puede ser bicicletear durante cuarenta días continuos.

Es tiempo de ejercitar con frecuencia y mayor intensidad, ya que después de varios meses de ciclismo, es factible incrementar la rutina a cinco o seis sesiones por semana.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, con el sostenimiento en el tiempo de la actividad, se produce el suministro de mayor oxígeno y nutrientes a los músculos -aumenta el flujo sanguíneo a los músculos-, favoreciendo el funcionamiento orgánico.

Las investigaciones evidencian, además, que se producen beneficios persistentes para la salud mental cuando se efectúa la actividad ciclística con persistencia. Uno de los beneficios demostrados es el alivio de los síntomas de depresión.

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